Fontana di Trevi
La fuente está
situada en el cruce de tres calles , marcando el punto final del Aqua Virgo, uno de los antiguos acueductos que suministraban agua a Roma. Con la supuesta ayuda de
la Virgen, los técnicos romanos localizaron una fuente
de agua pura a sólo 22 km de
la ciudad. Esta Aqua Virgo corría por el acueducto más corto de
Roma directamente hasta los Baños de Agripa y fue usada
durante más de cuatrocientos años. El golpe de gracia a la vida urbana de la
Roma clásica tardía fue la rotura de los acueductos por parte de los
asediadores godos. Los romanos medievales quedaron reducidos a sacar el
agua de pozos contaminados y del río Tíber, que también se usaba como cloaca.
La costumbre romana de construir una
bella y hermosa fuente al final de los acueductos que traían agua a la ciudad
fue resucitada en el siglo XV, con el Renacimiento. En 1453, el papa Nicolás V terminó de
reparar el acueducto Aqua Virgo y la fuente que construyó al final fue una
simple pila, diseñada por el arquitecto humanista Leon Battista Alberti,
para anunciar la llegada del agua.
En 1867 durante la visita de Carlota de México cuando acudió a
entrevistarse con el papa PÍo IX comenzó a manifestar síntomas de
locura y a decir que la querían envenenar y usó la fuente Trevi para tomar agua
ya que era la única agua que pensaba que no estaba envenenada. La fuente fue restaurada en 1998: la piedra fue limpiada y se instalaron bombas de circuito
cerrado y oxidadores.
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