Se
denomina tornillo a
un elemento mecánico utilizado en la fijación temporal de
piezas entre sí, que está dotado de una caña con rosca triangular,
que, mediante una fuerza de torsión ejercida en su cabeza con
una llave adecuada,
se puede introducir en un agujero roscado a su medida o atravesar las
piezas y acoplarse a una tuerca.
Los
primeros antecedentes de la utilización de roscas se remontan al
tornillo de Arquímedes, desarrollado por el sabio griego alrededor
del 300 a. C., empleándose ya en aquella época profusamente en el
valle del Nilo para la elevación de agua.
Durante
el Renacimiento las roscas comienzan a emplearse como elementos de
fijación en relojes, máquinas de guerra y en otras construcciones
mecánicas. Leonardo da Vinci desarrolla por entonces métodos para
el tallado de roscas; sin embargo, éstas seguirán fabricándose a
mano y sin ninguna clase de normalización hasta bien entrada la
Revolución industrial.
En
1841 el ingeniero inglés Whitworth definió la rosca que lleva su
nombre, haciendo William Sellers otro tanto en los Estados Unidos el
año 1864. Esta situación se prolongó hasta 1946, cuando la
organización ISO define el sistema de rosca métrica, adoptado
actualmente en prácticamente todos los países. En los EE.UU. se
sigue empleando la norma de la Sociedad de Ingenieros de Automoción.
La
rosca métrica tiene una sección triangular formando un ángulo de
60º y cabeza un poco truncada para facilitar el engrase.
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