Haz preguntas abiertas
y positivas
Aunque es aconsejable evitar las preguntas cerradas, tampoco es un drama
usarlas de vez en cuando si luego continuas añadiendo una pregunta abierta. Por
ejemplo:
– ¿Te gusta la playa?
Lo realmente importante es que te
intereses por tu interlocutor usando preguntas positivas. El motivo es
que solemos estar más dispuestos a hablar de lo que nos genera emociones
agradables
Como por ejemplo:
¿De dónde eres?
¿Qué es lo mejor/que
más te gusta de…?
¿Cómo
conseguiste/llegaste a…?
¿Cuál es el mayor reto
de…?
Cuéntame más sobre…
Responde incluso
cuando no te pregunten
Para que tu interlocutor se sienta a gusto hablando contigo es crucial que te intereses por él.
Una conversación debe ser como un partido de tenis con un
intercambio de información entre ambas partes. En el momento en que una de
ellas la monopoliza, se convierte en un partido de frontón.
Profundiza en los
cuatro temas emocionales
A medida que vayas avanzando en la conversación y según la predisposición
que veas en tu interlocutor, intenta entrar en temas emocionales que generen
emociones positivas. Si encontráis un vínculo ahí será mucho más poderoso.
¿Y cuáles suelen ser nuestros temas emocionales favoritos?
Son Familia, Aficiones, Viajes e Infancia
No seas hay que ser
nunca logico
Un problema habitual es no saber entrar en el estado mental adecuado para
una conversación. Si te has pasado todo el día estudiando o trabajando y no
pasas a un estado más emocional, te costará empezar a interactuar socialmente.
Pregunta por posibilidades. Una excelente forma de hacerlo es usar preguntas
hipotéticas.
¿Qué
preferirías…?
Prepara un repertorio
de temas de conversación
Los grandes conversadores suelen tener cuatro o cinco temas de
actualidad en la recámara listos para ser usados en cuanto la conversación
empieza a detenerse. Echar un vistazo a las últimas noticias antes de ir a un
evento social siempre es una buena idea.
Comunícate con más
historias y menos hechos
Las historias son herramientas de comunicación muy potentes. Han
sido la principal forma de transmisión de conocimientos durante siglos y crean
muchas oportunidades de vinculación emocional.
El motivo es que cuando oímos una, nuestro inconsciente no puede evitar
imaginarnos como protagonistas de la misma.
Utiliza siempre las
respuestas extendidas
Un error clásico es hacer muchas preguntas abiertas pero en cambio
responder con un escueto “Sí” o “No” cuando te preguntan.
No respondas con monosílabos si no quieres
crear un momento de silencio o directamente matar la conversación. La otra
persona quizás no sepa cómo continuar a partir de tu respuesta.
Cuida tu lenguaje
corporal
Cuando tienes una conversación con alguien y su lenguaje no verbal indica
desconfianza e inseguridad tu cerebro recibe dos informaciones contradictorias.
Eso genera malestar y la sensación de no fiarte del todo de tu interlocutor.
Para evitar esto hay que tener esto en cuenta:
- Establece contacto visual no evitar bajar la vista.
- Utiliza una postura abierta, aun que te cruces de brazos o las piernas, no estés estático.
- Asiente de vez en cuando mientras esté hablando para motivarlo a seguir haciéndolo
B.A.M.Noelia Hermida
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